El norte, con sus excelsos y coloridos templos hinduistas, ciclistas con sari y un litoral espectacular arropado por palmeras y cocoteros, es un mundo aparte. Un lugar donde reina el calor casi todo el año y los campos se tuestan al sol. La luz aquí es más intensa: surrealista y abrasadoramente blanca en las salinas del Vanni, reluciente en las islas coralinas y playas del norte, y suave y moteada...