Don Marcelino Menéndez Pelayo había dicho a su paisano José María de Pereda: «Si quieres elevar un verdadero monumento a tu nombre y a tu gente, cuenta la epopeya marítima de tu ciudad natal». En un gran retablo aparecen aquí, en torno a la sugestiva figura de una muchacha, todos los tipos sociales del Santander de mediados de siglo y, sobre todo, con gran relieve, los rudos mareantes de sus costa...