
Sólo dime dónde lo hacemos
Desde siempre, lso amantes han buscado un espacio íntimo donde dar rienda suelta a sus deseos, y así el tálamo se consagró como altar del culto a Eros. Pero aquellos que, por motivos imperiosos, no pueden disfrutar de los encantos de un colchón, han de aguzar el ingenio y encontrar refugio lejos de los lugares comunes.
Este libro, que sin duda reanimará su libido aletargada, recoge precisamente to...
Desde siempre, lso amantes han buscado un espacio íntimo donde dar rienda suelta a sus deseos, y así el tálamo se consagró como altar del culto a Eros. Pero aquellos que, por motivos imperiosos, no pueden disfrutar de los encantos de un colchón, han de aguzar el ingenio y encontrar refugio lejos de los lugares comunes.
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