«Cuando revisamos otros ateísmos más antiguos, nos damos cuenta de que algunas de nuestras más firmes convicciones –laicas o religiosas– son harto cuestionables. Si esa posibilidad nos molesta, puede que lo que andemos buscando no sea libertad de pensamiento, sino libertad para no pensar». Un sugerente ensayo que se acerca a una heterogénea galería de pensadores y escritores –desde el marqués de S...