Sol tenía catorce años cuando notó por primera vez las atenciones especiales que le destinaba Marcos, de treinta y pico, su guía espiritual en la fundación religiosa new age de la que su familia formaba parte. Corrían los años noventa. La superficialidad hueca de esa década entregada al consumismo empujaría a la pequeña Sol a refugiarse cada vez con mayor fervor en la Fundación, sus prácticas esp...