El ser humano siempre ha estado íntimamente ligado a los bosques, que le han procurado alimento, cobijo y serenidad espiritual. Vivir en laberintos de hormigón nos ha apartado de nuestro hábitat natural, desatando toda clase de trastornos del cuerpo y de la mente.
Tal como han demostrado las últimas investigaciones en Japón, el shinrin-yoku, los «baños de bosque», eleva el estado de ánimo y desact...