Los adolescentes, al buscar y buscarse a sí mismos, se convierten en un objetivo predilecto para las sectas. A su edad, tienen muchas posibilidades de conocer a gente aparentemente seductora y dejarse arrastrar sin darse cuenta, sobre todo porque el límite entre la pandilla, el grupo de carácter sectario y la secta propiamente dicha es confuso. Aunque son conscientes de que deben dar libertad a su...