No puedo apartarlo de mi mente... Sabía que un día u otro ocurriría, aunque me hubiera gustado ser yo quien le dijera la verdad. Ahora ya es tarde. Me ha dejado muy claro que no quiere ni verme, y siento que lo he perdido para siempre.
Fui demasiado ilusa al creer que entendería que estoy casada con su socio, que nuestro matrimonio es atípico, pero si no deja que me acerque no se lo puedo explica...