Francisco Serrat, un diplomático al servicio de la República Española, optó en 1936 por adherirse a los militares sublevados. Franco le escogió como su primer Secretario de Relaciones Exteriores. Estas memorias, hasta ahora desconocidas, narran describen sus experiencias, entre Burgos y Salamanca, donde el Caudillo había establecido su corte, tratando de poner orden en la actividad de una autorida...