Sabía que me dejarías:
"—Yo no la retengo, Quique. Esa es la pura verdad. La quiero o estoy enamorado de ella, pero es ella quien debe elegir entre los dos.
—Y te ha elegido a ti.
—Sin duda.
—Oye…, ¿y tú novia madrileña?
Alfredo se volvió con fiereza.
—Quique…, el que te guste Vicky no te empujará a cometer una marranada.
—Verá, no lo he pensado aún, pero… el marrano eres tú....