A la vera de un río pútrido que atravesó mejores épocas, un hombre repasa su vida. Un repaso desalentador, y una vida que no fluye, como tampoco fluye el río. También está Miguel, su hijo adolescente, a quien cree un poco imbécil y con quien tiene una relación distante. Bastará que la mujer de la casa –esposa y madre– los deje solos durante una semana para que el mundo –su pequeño mundo– se les va...