La guerra es siempre un drama sangriento que produce destrucción física y espiritual. Es un hecho social tan presente en la historia humana que hace utópica toda proyección de un futuro sin guerras y poco verosímil aquel ideal kantiano de la paz perpetua. Lo que no es óbice para perseguir la meta de construir sociedades justas y pacíficas. ¿Cómo es posible conciliar la admiración por los héroes y ...