Aprender a morir es aprender a vivir. Una inolvidable reflexión llena de vida de lo que significa enfrentarse a la muerte.
«Cuatro palabras de Samuel Beckett empezaron a repetirse en mi cabeza: No puedo seguir. Seguiré.»
A la edad de treinta y seis años, y a punto de acabar una década de residencia para obtener un puesto fijo como neurocirujano, a Paul Kalanithi se le diagnosticó un cáncer de pul...