En Cómo no hacer nada, Odell denunciaba la economía de la atención, ahora presenta una crítica feroz al tiempo capitalista.
Nuestra vida está dominada por el reloj corporativo al que muchos de nosotros nos adaptamos. Pero este no fue concebido para las personas, sino para el beneficio de las empresas. Tenemos que adoptar un concepto totalmente nuevo del tiempo: uno que nos dé a nosotros y a nuestr...