Un mensaje de amor y respeto hacia los ancianos en una novela humana, tierna e irónica sobre la enfermedad de alzheimer.
Pepita Piquer no recuerda que su hermana Flora y su amiga Anita, con quien conversa a menudo, fallecieron hace mucho tiempo. Tampoco que tiene cuatro hijos ni que ya no trabaja en la fábrica de caramelos de la calle Trafalgar, como cuando era joven. Una de sus grandes obsesiones...