En Montevideo el enemigo estaba en todos lados. Lo difícil era identificarlo. Y por más que el nuevo presidente de la República procuraba trasmitir firmeza y tranquilidad, la mayoría de los ciudadanos sabían que de un momento a otro la sangre volvería a manchar los adoquines de las calles. Tal vez, porque la paz fue proclamada tantas veces, como violada. Así recrea Diego Fischer el clima y la des...