Un proyecto de futuro para un país empeñado en resistirse a los programas de reforma.
Ya nadie duda de que, para sobrevivir en el euro y en la economía global, España está obligada a poner en marcha una batería de reformas estructurales. Reformas que, de hecho, deberían haberse adoptado años, décadas e incluso siglos atrás. Los obstáculos para hacerlo ahora, de golpe, son formidables, y superarlos...