Ante la pregunta de para qué sirve la filosofía, Carlos Fernández Liria nos responde con una paradoja: para nada y para gobernar. Según afirma en este libro, lo propio de la filosofía es que no sirve para nada y, sin embargo, precisamente por eso desde Sócrates y Platón se pensó que servía para gobernar. Más tarde, con la filosofía de la Ilustración se creyó que ese sueño estaba a punto de hacerse...