El tiempo que resta es el tiempo de la plenitud, cuando el poeta ha alcanzado un saber y un conocimiento que le hace enfrentarse al futuro, a su porvenir asegurado, ya sin miedo. Él se vislumbra como parte esencial de su destino al que combatía antes y que es ahora su cómplice. Para San Pablo, el tiempo que restaba era aquel que transcurría entre la muerte de Cristo y su segunda vuelta al mundo pa...