Son los contrastes los que convierten a Holanda del Sur y Zelanda en destinos tan sugestivos. Un día se halla el viajero inmerso en ese experimento arquitectónico que es Róterdam, maravillado ante sus edificios vanguardistas; y al día siguiente se encuentra en Delft, con un casco histórico tan bien conservado que se siente transportado a la Edad de Oro de Holanda en el s. XVII. Pero los contrastes...