Treinta y tres años en cuya proteiforme peripecia el Uruguay vivió los que fueron tal vez los momentos más eufóricos y esperanzados de su historia, para ingresar casi abruptamente en el período más oscuro.
Treinta y tres años en cuya proteiforme peripecia el Uruguay vivió los que fueron tal vez los momentos más eufóricos y esperanzados de su historia, para ingresar casi abruptamente en el período más oscuro.