Ojerosa y pintada, magistral y audaz como toda la narrativa de Agustín Yáñez, está ambientada en la Ciudad de México, ese monstruo que amenaza devorar a las personas y convertirlas en muchedumbre anónima. Contra esta pérdida de identidades, un taxista nos lleva por las calles de la capital, sus peligros nocturnos y lugares de esparcimiento, sus colonias ricas y pobres, tan cercanas físicamente per...