Ningún lugar de Nueva Zelanda está cambiando y creciendo tan rápido como Christchurch tras los terremotos. Los andamios se desmontan, crece la hospitalidad y el centro vuelve a atraer visitantes a sus calles peatonales. A un breve trayecto en coche de la ciudad, la península de Banks esconde bahías y playas idílicas que proporcionan el telón de fondo perfecto a los cruceros de avistamiento de faun...