Y, de repente, llega ÉL, el definitivo. Es cariñoso, inteligente, divertido… ¡Por fin has encontrado lo que buscabas! Con el paso del tiempo, sin embargo, se instalan los silencios, la rutina, las discusiones, el cansancio, hasta que un día uno de los dos pronuncia el principio del fin: «Tenemos que hablar». Lo vuestro era la crónica de una ruptura anunciada y ahora se inicia una difícil etapa en ...