Mi nombre es Olivia, tengo veintisiete años y trabajo como ejecutiva en una gran empresa de cosmética, donde intento progresar en un entorno hostil, mayoritariamente masculino. Pero los fines de semana dejo a un lado mi imagen de jefa seria y eficiente para pasar a transformarme en una mujer de rompe y rasga que sólo utiliza a los hombres para su propia satisfacción sexual. A pesar de todo, recono...