Ser la protagonista involuntaria del cuento de la Cenicienta no tiene ninguna gracia.
Hermenegilda se ha criado con una madrastra mala, una hermanastra aún peor y un padre indiferente, así que está acostumbrada a arreglárselas por sí misma.
Y como todo cuento que se precie ha de tener un príncipe, que resulta ser un caradura y que termina liándose con su hermanastra.
Así que cuando, por obl...