Maldito... Ésa es la palabra que Gerald Kenston utiliza para describirse.
Pese a sentirse solo, la mezcla de su sangre y la tragedia que vivieron sus padres hacen que no intente buscar a la mujer que pueda liberarlo de esa maldición.
Sin embargo, el destino es bondadoso con él y, cuando menos se lo espera, encuentra a una joven que lo deja tan aturdido que le resulta imposible apartarse de ella.
«...