Lo que más desea Enrique Ruiz -aparte de poder pagar el alquiler y de seguir comiendo cada día- es triunfar como actor. Pero de momento solo es un actor más bien discreto, algo maduro para comenzar a despuntar y, desde luego, nada famoso. Sin embargo, el azar, que todo lo puede y todo lo trastoca, le ofrece la oportunidad de representar el papel de su vida: es confundido con el asesino pr...