En su casa de Kersko, cerca de Praga, Hrabal se recluye para escribir y cuidar de sus gatos, entre los cuales su favorito es Autícko. Los gatos marcan el ritmo cotidiano con sus juegos, su deseo de retozar, el horario de sus comidas. Y Hrabal se entrega a ellos con una ternura excepcional. Pero cuando los gatos empiezan a reproducirse en exceso, el autor ya no tiene tiempo para trabajar ni para do...