Jenna siempre se ha sentido diferente. Con sus diecinueve años no aparenta más de quince y para eso no ayuda mucho su despreocupado aspecto. Hija de un importante empresario nunca se ha sentido a gusto en sociedad. No encaja en ese mundo. Su mundo es la pintura, le encanta perderse en su cuadros y plasmar la belleza que solo ella es capaz de ver.
Decidida a costearse sus caprichos ...