Si la justicia divina tarda en llegar, lo mejor es coger la sartén por el mango
A Tasia le han destrozado la vida su marido y los canallas que han arruinado a medio país. Está tan cabreada que ha pasado de soñar con su chalecito adosado o su negocio de belleza –ambos embargados– a fantasear con el mejor método para cargarse a los responsables de su desgracia.
Tasia se consuela con otras mujeres q...