El oficio solía permitirle al editor el lujo de enfocarse exclusivamente en el libro: alguna vez pudo limitarse a leer, encontrar nuevos talentos y consagrar, por medio de su catálogo, lo que le parecía indispensable aportar a la cultura.
Hoy el editor aún considera factores culturales antes de tomar una decisión respecto a qué publicar; sin embargo —para bien, para mal—, a ese tren de decisiones ...