La mala educación nos hizo buenas para los demás. Ahora toca serlo para nosotras.
«Funciona como un trampolín: te enfada, y después te empuja hacia adelante.» Ana Requena Aguilar
Buenas esposas, concubinas, amantes, hijas, madres. Siglos de (mala) educación han insistido en formar a las mujeres como buenas servidoras, siempre al servicio de otro. Incluso cuando la escuela estaba fuera de su alcanc...