Inmenso y lujoso, el Lusitania, que zarpó de Nueva York el 1 de mayo de 1915, era un monumento al orgullo y el ingenio de la época, el barco civil más rápido. Con el pasaje completo, partió con tranquilidad pese a la atmósfera bélica existente. La idea de que un submarino alemán pudiera hundirlo parecía absurda, un sentimiento del que se hacía eco la naviera: «El Lusitania es el barco más seguro d...