A fines de los años noventa, una ola de suicidios conmovió a Las Heras, un pequeño pueblo petrolero de la provincia de Santa Cruz. La mayoría de los muertos tenía alrededor de veinticinco años y eran habitantes emblemáticos de la ciudad, hijos de familias modestas pero tradicionales. Sin embargo, la lista oficial de esos suicidios nunca fue confeccionada.
Leila Guerriero viajó a este desolado par...