París siempre ha sido el destino preferido de Antonia. Sin embargo, en esta ocasión, la ciudad de las luces la sorprende haciéndose cómplice de su marido en una demanda de divorcio poco ortodoxa.
Perdida y sin dinero, Antonia se refugia en el metro, donde un grupo de músicos toca junto a las vías. Oliver, el cantante, repara en ella y se ofrece a acogerla en su casa. Gracias a él, Antonia recupera...