Lejos de Roma me ha hecho pensar en Esperando a los bárbaros, la notable obra de Coetzee. Las dos son austeras, poéticas, y poseen una condición simbólica que el lector no tarda en adivinar. Se mueven en la frágil frontera entre lo concreto, susceptible de ser contado, y otra cosa, que jamás es enteramente dicha. Además, Pablo Montoya tiene la valentía de escribir, en una época desdeñosa de todo h...