«Los pensamientos de la gente viven en el aire, se alojan en el aire lo mismo que nosotros en nuestra casa. Antes de ser llevados a los libros, al solo ser pensados y aunque nunca se escriban, ya viven en el aire», dice Ino Moxo hacia el final de este libro. Para César Calvo, su autor, la figura del aire es recurrente como un contenedor: el cosmos donde la vida y la muerte se suceden sin pertenece...