Las cruzadas han tenido una larga y contradictoria memoria en nuestra cultura política. Vilipendiadas como reflejo del fanatismo religioso de la Edad Media o enaltecidas como símbolo de una época de ideales puros, estas campañas han servido para justificar acciones tan dispares como la invasión norteamericana de Afganistán en 2001 o la sublevación ilegal de Franco contra el Gobierno de la Repúblic...