Educada en una familia tradicional, en tiempos en que las mujeres debían pedir permiso, Teresa Aishemberg decidió a los 18 años que no quería depender de nadie en la vida. Corría 1973 cuando ingresó como recepcionista en la Unión de Exportadores del Uruguay. Contra todo pronóstico alcanzó la gerencia, batalló con épocas, crisis, coyunturas y gobiernos de todos los tintes, y se jubiló reconocida co...
Educada en una familia tradicional, en tiempos en que las mujeres debían pedir permiso, Teresa Aishemberg decidió a los 18 años que no quería depender de nadie en la vida. Corría 1973 cuando ingresó como recepcionista en la Unión de Exportadores del Uruguay. Contra todo pronóstico alcanzó la gerencia, batalló con épocas, crisis, coyunturas y gobiernos de todos los tintes, y se jubiló reconocida co...