Porque aprender a perder es aprender a vivir.
La muerte fulminante de su marido deja a Giuliana devastada y sola con dos hijas pequeñas. Superar un día tras otro está poniendo a prueba su resistencia y su imaginación, mientras pasa de la incredulidad al enfado, y de ahí a la idealización de
su relación con William.
Descubre entonces, además de irrepetibles momentos que su memoria convoca una y ...