Cuando el amor nos ata a una persona para siempre, no hay nada en el mundo que pueda romper ese vínculo.
Si existiese una máquina del tiempo me transportaría a un instante de mi infancia, pondría mis manos de adulto sobre mis pequeños hombros y me advertiría de que todo eso que se estaba cocinando en mi interior era Eva. Ella iba a ser capaz de hacerme sentir un cobarde desgraciado y un valiente e...