La sombra de un recuerdo:
"—Si no me gustara usted, jamás hubiese aceptado este trabajito. Voy a serle franco. No entiendo de decoración. Mi hermana tampoco, y Leonard sólo se preocupa de sus fábricas de plásticos. Si he venido aquí ha sido, sencilla y llanamente, por verla de nuevo.
—¿Debo agradecérselo?
—No. Sería ridículo por mi parte semejante tontería. Además, no soy un niño capricho...