Mientras acampaba, Ted Kerasote conoció a un perro: una mezcla
de labrador que vivía solo en la naturaleza. Viendo que se habían
apegado el uno al otro, Kerasote decidió llamar al perro Merle y
llevárselo a casa. Tras darse cuenta de que la inteligencia de Merle
se vería disminuida al vivir exclusivamente en el mundo humano,
puso una puerta para perros en su casa para que Merle pudiera vivir
tanto...