Con una combinación de prudencia, meticulosidad y suerte, había conseguido actuar durante más de diez años sin que la policía de los tres países en que operaba sospechase siquiera que el atracador solitario que buscaban era una mujer y no precisamente joven. Ahora, por fin, le faltaba por dar un último golpe y se retiraría definitivamente. Solo que esta vez no era como las otras. Había algo que le...