Daphne du Maurier explicaba en una nota preliminar a La posada Jamaica (1936) que el establecimiento al que alude el título aún seguía en pie y que la novela era el producto de sus fantasías sobre cómo habría sido ciento veinte años antes. La acción arranca precisamente con un recuerdo clave de la imaginación romántica: un carruaje que atraviesa los páramos de Cornualles es zarandeado por la torme...
Daphne du Maurier explicaba en una nota preliminar a La posada Jamaica (1936) que el establecimiento al que alude el título aún seguía en pie y que la novela era el producto de sus fantasías sobre cómo habría sido ciento veinte años antes. La acción arranca precisamente con un recuerdo clave de la imaginación romántica: un carruaje que atraviesa los páramos de Cornualles es zarandeado por la torme...