
La paradoja de un antes y un después
«Solo se escuchó el tañido lejano de un tic tic tic tac tic tac tac...».
La Torre del Reloj, que controla que el tiempo se mantenga estable, se ha averiado. Los días ya no avanzan como deben, las horas duran segundos y los segundos son casi interminables. Repararla es una misión delicada y peligrosa, pues implica adentrarse en sus entrañas, donde el tiempo se retuerce, vivo como una criatura salva...
«Solo se escuchó el tañido lejano de un tic tic tic tac tic tac tac...».
La Torre del Reloj, que controla que el tiempo se mantenga estable, se ha averiado. Los días ya no avanzan como deben, las horas duran segundos y los segundos son casi interminables. Repararla es una misión delicada y peligrosa, pues implica adentrarse en sus entrañas, donde el tiempo se retuerce, vivo como una criatura salva...