No recuerdo un día en que no haya buscado libros, confiesa Juan Bonilla, que refiere en estas páginas la historia de una pasión –un vicio o un deporte, la bibliomanía– que es también o sobre todo una forma de vida. Su recuento no pretende ser ni una apología ni un ensayo histórico, sólo una memoria desordenada, porque la búsqueda de libros es así, desordenada y azarosa. Es su principal encanto, sa...