Sus largos cabellos iban recogidos en finas trenzas y el rostro estaba cubierto de signos pintados. Ese hombre, hermoso y digno como un dios, pronto se esfumó entre el gentío en los alrededores de Mombasa, pero la joven mujer intuyó que aquellas vacaciones en Kenia iban a ser algo más que un simple recorrido turístico. Corinne y Lketinga volvieron a verse, y de esos encuentros casi furtivos nació ...