"Manuelita no se apartó del lado de su padre. Una angustia constante torcía su rostro, pero eso no impedía su sentido del deber hacia ese hombre que, hasta hacía unas horas, había manejado los destinos de aquel país que abandonarían de un momento a otro."
La derrota en la batalla de Caseros obligó a los Rosas a escapar. El Restaurador de las Leyes se convertía así en el Tirano y el poder cambiaba...